jueves, 16 de mayo de 2013

Un vestido de cine



En 1961 Holly Golightly se baja de un taxi en la Quinta Avenida, se dirige al escaparate de Tiffany’s y mientras lo mira, se come un croissant.

El vestido que llevaba  Audrey Hepburn, diseñado por  Hubert de Givenchy, se convirtió en un referente de la moda y encumbró a los diseñadores franceses.

Además del vestido, los complementos que lucía Audrey Hepburn también tuvieron gran éxito, unos guantes negros, unos zapatos de tacón negro, un chal blanco, un collar de perlas, unas gafas de sol negras y el pelo recogido por una tiara de diamantes.


Aún hoy, más de 50 años después del estreno de la película, “Le petite robe noire” sigue sirviendo de inspiración para colecciones de moda, y es un icono tanto del cine como de la moda.

Del vestido para la película se hicieron varias copias, una de ellas fue donada por el diseñador al museo del traje de Madrid y se ha podido ver en diferentes exposiciones.

El que lució en la película era propiedad del escritor Dominique Lapierre,  fue subastado por algo más de 700.000€  para recaudar fondos para su ONG "Ciudad de la Alegría" en la India. "Tengo lágrimas en los ojos -declaró el autor al término de la subasta-. Estoy asombrado de pensar que una prenda que perteneció a una actriz tan mágica me permitirá ahora comprar ladrillos y cemento que servirán para construir escuelas para los niños más pobres del mundo".

El mejor happy end para un vestido de cine.







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